lunes, 5 de mayo de 2008

El vendedor charlatán

El pasar y pasear en el centro de Santiago todos los días es fuente de inagotables temas para escribir. Y así como he hablado de las palomas, de los mimos, del ruido (uf, que autoreferrente!!) hoy le toca a los charlatanes.

Ubíquese amable lector, en Alameda, entre Ahumada y San Antonio, un día de invierno (si es de otoño y hace frío, le sirve igual) y con un hambre caballa. De esa que baja a medio día de manera violenta y casi letal. E imagínese que entre el mar humano aparece una mesita, sencilla, con mantel rojo a cuadritos, y con una olla llena de aceite, bajo la cual arde el fuego de una artesanal cocina. Al lado de la olla, un lindo plato, en el cual yace una docena de sabrosos picarones (que no son más que la versión criolla de las donuts, pero sin relleno), espolvoreadas sutilmente con azúcar flor. Y cuando uno se acerca amablemente al caballero que está tras la mesa, para adquirir tan suculento manjar, se da cuenta que lo que vende el tipo es... la herramienta para hacer picarones. Oh decepción. A esas alturas, uno no se atreve siquiera a comprar los picarones, porque el hecho que venda la herramienta no nos garantiza que se sepa la receta, y fácilmente pueden estar hechos a base de cualquier porquería. Así que filo con los picarones.

Los vendedores charlatanes, que por lo general venden productos de cocina, son unos espectáculos en vivo, más reales y cercanos que los llame ya. Y lo más importante, no estoy pagando por verlos (porque, si no se han dado cuenta, nosotros pagamos para ver programas Llame ya, salvo que vea los de Falabella TV que dan en UCV). Los charlatanes no necesitan de un locutor que les haga la presentación al lado. No, ellos mismos se presentan, hacen las demostraciones y no necesitan de ninguna Angélica Catro o Paola Falcones que le ande haciendo preguntas obvias al lado. Aunque dado el perfil de los charlatanes, podrían tener una Luli o Blanquita Nieves haciéndoles las coreografías.

La gracia de los charlatanes es que lo hacen todo. Y son capaces de hablar sin respiro sobre las bondades de un pelador, mientras pelan una zanahoria, una papa, una manzana y luego, sin más, se pasan a picar un repollo, para demostrar que es una herramienta multiuso. Yo no sé cuanta plata gastarán en la feria estos tipos, pero en una mañana pelan y cortan como 10 kilos de frutas y verduras. Me imagino que llegan a la casa en la noche con dos sacos de papas peladas y la señora se ve obligada a hacer puré, y al día siguiente manzanas cocidas, etc. etc.

De hecho, yo creo que si no les va bien en el rubro "comercio", deberían irse a trabajar de ayudantes de cocina.


El otro charlatán famoso es el que saca una regla con unos hoyitos estratégicamente ubicados y que, con un lápiz pasta insertado en uno de los hoyitos, se pone a dibujar circulos eternamente, hasta lograr un dibujo geométrico de colores, muy llamativo pero esencialmente inutil. Porque una regla sirve para medir, un compás para hacer circunferencias, un transportador para calcular ángulos.. pero una regla de ésas solo sirva para llevársela al regalón de la casa para que se divierta gastando todos los lápices que encuentre en una actividad que además, debido a la simpleza de la misma, son capaces de hacer mientras ven tele.
Por último, también dentro de la categoría, pero más lejano, están las chiquillas que se ponen con una mesita y un cartelito que dice "Limpie sus lentes gratis", y que según he visto, aplican una pomadita del tipo mentolátum a los lentes, que los deja inmaculados. Nunca lo he hecho, pese a que mis lentes suelen estar tan sucios que veo menos que sin ellos. Pero es que sé que todo es una estrategia para que yo finalmente compre la mentada pomadita. Y me niego. Aunque puede que sea la solución a mis problemas de vista.
Mi propuesta primera, al empezar este post, era que alguien probara los picarones que hacen los charlatanes, a ver si son tan ricos como se ven. Pero mejor propongo escuchar a los charlatanes. Es entretenido, y algo se puede aprender. Por último, a pelar papas.

5 comentarios:

montt (el que no dibuja ni palitos) dijo...

Hay variantes del charlatanismo, actividad propia del individuo que recurre a un sinfin de falacias argumentativas para vender, ya sea un producto tangible o miseria.

Estos últimos charlatanes le inundan de tragedias familiares, precaria situación de salud, injusticias laborales, esfuerzos no reconocidos para venderle una pequeña cantidad de miseria. Abundaban en los recorridos de locomoción pública ('el Tisnao' es un pseudo-trovador memorable) pero también otros más audaces y amenazadores: aquellos que se suben a su auto pidiendo un aventón señalado por su pulgar erguido.

Estos charlatanes, que los hay de todas las edades y desastres, le cuentan a usted y solo a usted una tragedia sin parangón, para solicitar 'una ayudita' para comprarle los útiles a su hijo o esos caros remedios a su hija que padece de arteroesclorosis epidural con ataques de epilepsia reumática.

La falta de perspicacia de estos energúmenos es tal que siguen el mismo recorrido, a las mismas horas en los mismos días de la semana, llevando todos sus argumentos, historias y lágrimas a vender más bien vergüenza y pena que miseria y/o caridad.

Unknown dijo...

Jamás probaría uno de esos picarones; no después de haber visto a uno de estos charlatanes vendiendo un "empanador" (¿cómo se dirá el aparato para hacer empanadas...?). El sujeto, sin duda, era un experto fabricante de empanadas con el aparatito y hacía la demostración hábilmente, una y otra vez, con una masa que ya estaba gris de tanto uso.
Si al lector le interesa conocer el submundo del charlatán, le recomiendo que visite la teleferia, en Santo Domingo casi con Mac Iver. Un local al lado de otro, lleno de los más insólitos productos, desde pulseras milagrosas, pasando por crema de baba de caracol, fajas adelgazantes, aparatos de cocina y de ejercicios varios. El infomercial en vivo.
Mis respetos y feliz mitad de semana.

Fran dijo...

Eso sí, se corre el riesgo de encontrar a Gonzalo Cáceres....

JudYta dijo...

muy interesante las propuestas de todo su blog (aunque solo lei las que estan a partir de febrero )

en cuanto a estos charlatanes, uno no sabe ni que hacer!!!, y en cuanto a los mimos, menos!!!!

en Chihuahua,Mèxico hay una mimo que vende globitos y articulos maravillosos sobre como hacer ese tipo de figuritas con globos...

un saludo.

Reiben dijo...

¿Le interesaría leer un libro de cien páginas en diez minutos y comprenderlo a la perfección? ¿Sabía usted que tiene la capacidad de leer dos mil palabras por minuto? No pierda tiempo, incremente su velocidad de lectura y termine de leer todos esos libros que tiene almacenados en su biblioteca. Pásele, demostración gratis.

Yo tenía la versión freeware del software que vendían para leer más rápido; a Michelle se le ocurre preguntar cómo funciona y no sale del puesto en dos horas. Yo soy atacado por Hare Krishnas que, similarmente, tratan de venderme sus creencias. No me queda más que huir, huir despavorido.

Están en todos lados.