martes, 16 de octubre de 2012

...es que yo soy operá...

Hace 145 días me operé de una gastrectomía en manga. Es decir me sacaron prácticamente el 90% del estómago, para de esa manera bajar los muchísimos kilos de más.
No alcancé a tener higado graso, ni diabetes, solo una leve hipertensión. Pero eso me bastó para tomar medidas. Quiero vivir muchos años más, y no me perdonaría perdérmelos por ser obesa. Además quiero hacer cosas sin cansarme, quiero que la ropa normal me quede, quiero dejar de sentirme ahogada y al borde del colapso durante todo el verano. Quiero estar con mis hijos hasta que se cansen de mi, quiero que mi marido me vea rica. Quiero volver a sacarme fotos familiares, quiero desempolvar ropa linda que tenía guardada. Así que me atreví.
Antes de la operación, hablé con harta gente conocida que había optado por lo mismo. En general,  todas las experiencias han sido excelente. Claro que da risa escuchar a algunas personas que te dicen "nooo, la mejor decisión de mi vida!, salvo por el lumbago, la lordosis, la caída del pelo, la acidez, la piel, " y un largo etcetera que da para pensar. Pero claro, el tema no es gratis.
Lo otro es el tema de los pesimistas. Porque SIEMPRE aparece gente que conoce gente que se operó, bajó miles de kilos y a los dos años están igual o peor. Y te lo dicen con cara de "eso mismo te va a pasar a ti", y una pone cara de "naaa, no creo que me pase", y al final son puras caras no más.
Pero la verdad es que la magia no existe. Y eso lo sé nó porque me lo diga el doctor, o la nutricionista o la sicóloga, o la kinesióloga o los operados, o los amigos de los operados. Es por puro sentido común no más.

Confieso que,como muchas otras veces me ha pasado en la vida, tomé la decisión casi inconcientemente.. Osea, fui a un médico par preguntarle detalles de que podía hacer. El médico me dijo cuales eran las alternativas y altiro le dije "ya" y le dimos pa'delante. Creo que en ningún momento me cuestioné si hacerlo o no, o me di vueltas con el tema, ni me desvelé pensando en los pro y los contra. (Me pasó lo mismo con Tunick, le dije que marido que tal vez lo acompañaba esa mañana de junio del 2002 al Parque Forestal para posar en pelotas, y de depente sin darme cuenta figuraba ahí, con un montón de gente, conocida y desconocida)
Tal vez en el único momento en que me cuestioné la decisión, fue ya sentada en la silla de ruedas, con esas batitas ridículas y un gorro de baño en la cabeza, entrando a pabellón. Y fugazmente pensé "cómo es que llegué acá? y si me escapó?". Pero rápidamente entré en razón o en realidad perdí la conciencia, y me desperté ya operada y con cinco parches en la guata.

La recuperación ha sido estupenda. Ya he bajado casi todo el sobrepeso . No tengo ropa pues en un acto de fe, boté todos los pantalones que me quedan grandes. He dejado una o dos poleras, para usarlas de pijama. Solo tengo faldas para ir a trabajar (pero el otro día estaba en un ascensor y de repente se me cayó la falda que tenía puesta.... menos mal que iba sola).
Ando más friolenta que nunca, y ahora casi duermo con pijama con patitas y calientacama al máximo (no lo hago únicamente por respecto al legítimo).
Aún mantengo cabellera abundante, pero siempre con la amenaza latente de que "a los operados se les cae el pelo".
Siempre después de comer me suena la guata. Mucho. Y eso que como como pajarito. De hecho,dejé de servirme en platos grandes, como en plato de pan. Adiós a los tazones de café grande, con suerte me tomo 3/4 de una taza mediana.

Así que acá estoy, de a poco integrando alimentos a mi dieta, comiendo varias veces al día, y sintiéndome cada día mejor.

Claro que da un poquito de lata ser "el centro de la conversación". Porque llegar con 35 kilos menos a cualquier lugar con gente conocida da para miles de comentarios, y consultas, y exclamaciones de sorpresa que al comienzo son  bien estimulantes, pero a la larga aburren un poquito. Pero así no más es. Porque esa es la verdad, poh, yo soy operá'...