lunes, 26 de diciembre de 2011

Comunidad

Resulta que ahora vivo en condominio. En un pequeño condominio de cuatro casa, con un largo pasillo para autos de acceso, de casa pareadas. Bien bonito el lugar.

Hace dos meses llegó la vecina nueva. Al ladito mío. Con casa pareada a la mía. En un comienzo super bien, saludos de cortesía, ofrecimiento de ayuda, sin problema.

Tal vez la primera señal, es que venía con un chihuahua. No soy gran amante de los perros, y en particular de los chihuahuas. Me parecen un tanto histéricos. Y este no escapa a esa regla.  Pero bueno, el perro se llama Ozzy y no nos pareció tan terrible.

Hace una semana, el hijo de la vecina desembaló la batería. Segunda señal. Hay que decir que la vecina es bien rockera (aunque algunas veces se pega con Shakira) y sus hijos andan por ahí. Pero en general no es tanta la batería, y hay que aprender a vivir en comunidad y el cabro igual le pega  bien y toca batería en horario hábil, así que ohhhm.

Pero resulta que hace dos semanas empezó a dejar el auto frente a  mi casa. Que además es el acceso a su estacionamiento.  Y no sé si le parece que es demasiado el esfuerzo para el auto o qué, pero  no lo mete en su estacionamiento, sino 4 metros más atrás, frente a mi casa. Lugar donde juegan los niños, a menos de tres metros de la puerta de entrada de mi casa. Y a mi me parece invasivo. Nos parece invasivo. Entonces el marido mío habló con ella hace cuatro días. Y ella dijo que estaba ocupando su estacionamiento con los arreglos (cierto hasta hace dos semanas) y que si nosotros además dejamos nuestro segundo auto en el pasillo de acceso, era lo mismo que dejar su auto frente a mi casa. No llegaron a mucho, así que dejamos pasar unos días. Pero resulta que dejó todo el fin de semana su auto frente a mi casa, con su patio vacío (y ella casi no salió de su casa) y me empecé a sulfurar. 

Así que hoy me la encontré y le toqué nuevamente el tema. 

Y su actitud fue de las peores, poco más que la molestábamos por todo, me empezó a sacar en cara hasta el corte del seto divisorio, que yo tenía que tocar el tema "de una mejor manera", y miles de argumentos imbéciles que no vale la pena tocar.

Y me dejó tan atravesada la situación. Primero es la angustia de tener esta vecina por muchos años. Luego la sensación de que las posibilidades de razonar con ella ante cualquier nuevo conflicto o situación son nulas. De hecho, ella dejó entrever eso de "tú no te metas conmigo, a mi no me interesa meterme contigo". Nada más alejado a la relación con los otros vecinos.

Porque en definitiva, cuando uno se cambia a una comunidad, tiene que aceptar a los otros. Pero cuando se empiezan a pasar la raya hay que decirlo. Si a mi me molesta que deje el auto frente a mi casa, en un lugar que evidentemente no está destinado para ello, que me invade, por qué habría de tolerarlo? Solo para no causar problemas con la vecina? Porque no la he hueveado por escuchar 5 veces seguidas la misma canción de Shakira a todo chancho, ni cuando su hijo es poseído por el baterista de Metallica, ni cuando su perro/ratón sale a armar escándalo o llora por horas cuando lo deja encerrado en la casa, Pero me molesta que deje el auto ahí.  Y me tengo que aguantar?  Entonces la vecina toma la peor de las reacciones: en vez de decir: OK, lo guardo en mi estacionamiento, o lo dejo en el pasillo de acceso como tú (porque yo no le estoy pidiendo absolutamente nada más que eso) empieza a discutir con los argumentos más inverosímiles, para validar su decisión de estacionarse donde le da la regalada gana, mezclando limones con sandías. Porque si se queja del corte del seto, o de mi "actitud hostil cuando me pediste damascos el otro día" (-"Hola, XXX, me puedes dejar sacar los damascos del suelo de tu patio?" Por favor indique la hostilidad) solo demuestra falta de razonamiento argumentativo. O sea, mear fuera del tiesto.

Sigo enojada.