miércoles, 16 de abril de 2008

¿Y la lluvia?

Me encanta la lluvia. Me encanta ver llover. Me encanta mojarme el pelo con la lluvia. Y me gusta el olor que hay antes de la lluvia. Que no es olor, sino sensación. Si es con truenos y relámpagos, aún mejor.

Recuerdo que, en alguna ciudad sureña en la que viví, llovió un invierno 26 días seguidos. Claro que como el sur está más preparado, no fue una tragedia demasiado grande. Y yo lo pasé increíble. Cuanto chica, me encantaba la lluvia, aunque siempre odié esas botas Bubbles Gummers azules que me compraba mi mamá. Ahora las encuentro lindas, pero en esa época eran lo menos "in" del mundo.


Acá en Santiago no. Acá llueven dos días y queda la embarrada. Literalmente, porque con la cantidad de polvo y tierra que hay en las calles, todo se vuelve lodoso durante las primeras horas. Después se anegan las poblaciones construidas en lugares inadecuados, los pasos bajo nivel, algunas calles se convierten en ríos y los dueños de triciclos repartidores se hacen millonarios.


Pero igual es rica la lluvia. La lluvia me relaja, y limpia el aire. Y cuando el aire está limpio, uno respira mejor. Dan más ganas de respirar. No es que uno anda aguantando la respiración cuando hay preemergencia, pero eso de "inspirar fuerte" es más rico después de la lluvia.


Claro que eso de amar la lluvia da como cargo de conciencia, porque no todos tienen la infraestructura para soportar la lluvia. Y la gente se moja, y lo pasa pésimo, y los niños se enferman. Aunque la falta de lluvia también aumenta las enfermedades respiratorias, y la cantidad de bichos en el ambiente, así que tendríamos que evaluar cuál es el mal menor.


Lo cierto es que ya estamos a mediados de abril, y del agua nada. La semana pasada anunciaron lluvia pero solo tuvimos nubes grises y el cerro Manquehue cubierto (según algunos, signo inequívoco de que lloverá. Mentira). Ninguna gota. Una verdadera falta de respeto. Y ya nos estamos empezando a secar. Los lagos ya están secos. Las calles están polvorientas y los árboles con sus hojas sucias.


Asi que propongo hacer un machitún. Como resulta un poco complicado fijar un día y hora y esperar que todos vengan a celebrar alguna ceremonia o rito llamando a la lluvia, propongo que cada uno haga un machitún a nivel personal. Y entiéndase como machitún todos aquellos actos que puedan llamar a la lluvia.


Por ejemplo: cada vez que mi papá lava el auto, llueve. Ese sería su machitún a nivel personal.


Si todos lo hacemos a la vez, capacitos que llueva. Y ahi si que me hago millonaria con la idea... nada de andar bombardeando nubes.



7 comentarios:

Reiben dijo...

Me agrada la idea, pero debo asegurarme de que mi machitún se canalice a Santiago. Si me equivoco y llueve acá en Tijuana, la ciudad recién salida del horno de las obras de bacheo se desbachea toda y otra vez tenemos las carreteras-poscampominadocuandoyaexplotaronlasminas.

La verdad me gusta mucho que llueva acá, con tanta contaminación y polvo que hay en el ambiente seco de la primavera, pero es ridículo, realmente ridículo, ver el mal obraje de las vialidades mexicanas.

Saludos, me gusta mucho este blog.

José Miguel dijo...

Otra gran idea a nivel de machitún es lavar las ventanas de la casa y regar el pasto, siempre ha funcionado, a menos que se quiera que llueva, claro

montt (el que no dibuja ni palitos) dijo...

hay que hacer un convenio multi-especistico con las hormigas. ya sabe usted que "si se ven muchas hormigas en el verano es porque anticipan mucha lluvia".

pues bien, eso es basura, las hormigas hacen eso porque ellas producen la lluvia.

asi que si quiere que llueve, que las hormigas entiendan su machitun, o las invita, o las amenaza, pero tiene que considerarlas.

a todo esto, se fijo en las hormigas este verano?

Fran dijo...

Me fijé. En realidad me fijé en que habían pocazas. Ni dejando el pocillo con mermelada en el mesón durante 3 días se aparecieron, las desgraciadas.

montt (el que no dibuja ni palitos) dijo...

¿Y entonces por qué se sorprende de la falta de lluvia? Tuvo varios meses para asumir que no venía, porque usted sabe que todo está en las hormigas.

La pregunta es, entonces, ¿por qué los meteorólogos siguen gastando plata en satélites, enorgulleciéndose que tienen mapas en tiempo real de la temperatura de la superficie marina si solo le achuntan cuando es obvio que va a estar despejado?

Le propongo hacer un movimiento para que en las escuelas de meteorología se enseñe etología y menos... meteorología porque está claro que como están las cosas, no funciona.

montt (el que no dibuja ni palitos) dijo...

Chanfle, acabo de notar que soy de aquellos que cuando hablan la conversación se detiene... ya van varias entradas de aquí y por allá en las que somento y luego se acaba todo.

¿Seré alguno de esos insoportables que matan todas las conversaciones? ¿incluso las más banales, fáciles y comunes como el tiempo?

Fran dijo...

No ha pensado tal vez que usté llega muy al final, cuando todos los que tienen algo que decir ya lo han dicho?
Porque déjeme decirme que sus apariciones por acá ultimamente dejan bastante que desear...