viernes, 13 de noviembre de 2009

El Mail

Herramienta fundamental.


Sin el mail, no puedo trabajar. Como que me falta algo.
De lunes a viernes, eso si. Los fines de semana, de lejitos, y solo el yahoo.
Es super útil y si uno es ordenado, puede servir como excelente arma de defensa para los casos de "oye, pero si quedamos en hacer esto, mira, acá tengo tu correo".

La gracia, además de la registrabilidad y trazabilidad (¿qué tal?) de la información, es la inmediatez. Hay que tener claro que hace unos años, eso de "te lo mando inmediatamente", implicaba varios días de espera. Ahora, si estoy al teléfono con alguien, y me dice "te lo mando inmediatamente", yo espero tener la información en mi correo antes de colgar el teléfono. Obviamente hay gente que se mal acostumbra a esta inmediatez, y cree que debe recibir respuesta a sus correos en un máximo de 3 minutos. Pasado ese tiempo, te mandan otro correo: "¿te llegó mi correo anterior?" o llama por teléfono: "te mandé un mail hace 3 minutos, te llegó?"

Pero lo que MÁS me molesta, me agota la paciencia y me pone de mal humor son aquellas personas que creen que uno no mira el correo, situación altamente improbable si tenemos en cuenta que estoy todo el día sentada frente a mi computador.
Pondremos el caso de "Odioso Personaje ".
Odioso Personaje me manda un correo. A los cinco minutos se aparece por la oficina, asoma medio cuerpo y me dice: "oye, te mandé un correíto". En estos caso, asiento con la cabeza mirando fijamente la pantalla del computador. ¿Y saben por que? Porque basta que mueva el cuello y le devuelva la mirada para que empiece a explicarme con lujo de detalles lo que contenía el famoso correíto. ¿¿Para qué manda el correíto entonces, digo yo??

La otra opción es que Odioso Personaje luego de mandar el "correíto", llama por teléfono para informar: "oye, te acabo de mandar un correíto." Y luego, sin esperar siquiera respuesta, pasa a hacer un resumen ejecutivo del correo, absolutamente innecesario. Y termina con un "entonces, qué hacemos?". Si quiere una respuesta al instante, y verbal, entonces que se abstenga de mandar un correo, pues. Mire que tengo mi carpeta de entrada llena de pendientes y usté está decimooctavo en la lista, así se espere sentado. Por favor.

Ya, eso sería. ¿Se imaginan ya como empezó mi semana?

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