A estas alturas, este blog debería llamarse algo así como "Crónicas del Centro de Santiago". Lo cierto es que en el centro de la capital pasan tantas cosas todos los días, hay tantos personajes y situaciones entretenidas, que imposible no documentarlas de alguna manera. Aunque sea a mi manera. (uh, que sinatrístico sonó eso).
En fin. Hace más de tres semanas que a menos de media cuadra de mi oficina, hay una banco en huelga. Me refiero a una institución financiera, no a un escaño de plaza que haya tomado la determinación de no recibir más gente sentada. El asunto es que esta institución financiera tiene a su personal en pleno en las puertas, con pitos, sirenas, bombos, trompetas de estadio y muuuuucho papel picado, con pancartas y grandes lienzos. Desde hace tres semanas.
Al comienzo el ruido de la sirena me hacía pensar en todo momento de la ocurrencia de un incendio o alguna situación de emergencia en el vencindario. Hoy, ya estamos acostumbrados.
La verdad es que estos tipos se merecen un premio a la perseverancia. Están todos los días, con el mismo ánimo y las mismas energías. Pero en horario bancario. A las 14 hrs. cierran el boliche. Claaaro, si no se trata de trabajar horas extras, no?
Eso sí, tengo la impresión que los personajes de los pisos superiores que tienen que tomar las grandes decisiones, no los han pescado mucho. Tal vez hasta ellos se han acostumbrado al ruido. O les gustan las alfombras de papel picado. Ahora, si ustedes vieran las caras de odio entre los barrenderos municipales....
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